Nathalie Moll, directora general de Efpia.
España está en el top 10 de países europeos gracias a su sector farmacéutico. Entre sus mejores cifras está que se sitúa el sexto en producción de medicamentos y el quinto en empleados dedicados a ello. Todo ello se puede ver en el informe The Pharmaceutical Industry in Figures 2024, con datos relativos a 2023 y 2022, publicado por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia).
Concretamente, en este documento puede verse como el gasto total (público y privado) en salud respecto al Producto Interior Bruto (PIB) sitúa a nuestro país el noveno, ya que dedicó 10,4 por ciento a este fin durante el 2022. Por delante de él se encuentran: Austria (11,4 por ciento), Bélgica (10,9 por ciento), Francia (12,1 por ciento), Alemania (12,7 por ciento), Portugal (10,6 por ciento), Suecia (10,7 por ciento), Suiza (11,3 por ciento) y Reino Unido (11,3 por ciento).
Sin embargo, España adelanta posiciones en empleados en la industria farmacéutica ya que en 2022 eran 50.600 personas dedicadas a este sector, siendo así el quinto territorio de Europa que más tiene, solo por detrás de: Francia (95.867 empleados), Alemania (123.475), Italia (68.600) y Reino Unido (70.000). En esta misma línea, también se destaca que España ha invertido 23 millones en importaciones farmacéuticas (el octavo país) y 28 millones en exportaciones (el noveno país).
Una de las principales conclusiones de este informe es que la industria farmacéutica puede desempeñar un papel fundamental a la hora de devolver a Europa el crecimiento y garantizar la competitividad futura en una economía globalizada. Sin embargo, Europa presenta unas cifras un poco más desalentadoras de lo previsto. Por primera vez, China ha superado a Europa como creador de nuevos principios activos, con 25 frente a los 17 del viejo continente; mientras que Estados Unidos sigue liderando este ranking con 28 de un total de 90 nuevas moléculas, una posición que arrebató a Europa tras una fuerte apuesta por la I+D biomédica entre 1995 y 2005 y que se ha ido consolidando e incrementando en la última década.
"El sector se ha visto gravemente afectado por el impacto de medidas de austeridad fiscal introducidas por la mayoría de gobiernos europeos desde 2010", indican. Además, el rápido crecimiento de la I+D biomédica en mercados emergentes como Brasil, China, Corea e India, está implicado una migración gradual de las actividades de investigación y desarrollo de medicamentos desde Europa a estas nuevas áreas en expansión.
A pesar de ello, el viejo continente apuesta fuerte por este sector farmacéutico. Según detalla Efpia, invierte 50.000 millones de euros para la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos; emplea a 900.000 personas —de las cuales 130.000 desarrollan su labor en los departamentos de I+D de las compañías farmacéuticas—; produce por valor de 390.000 millones de euros; sus exportaciones alcanzan los 680.000 millones, y aporta 200.000 millones de euros a la balanza comercial de la UE de los 27.
"Necesitamos recuperar la competitividad perdida en Europa respecto a Estados Unidos y Asia a través de una nueva legislación farmacéutica europea que proteja la propiedad industrial y promueva la innovación", subraya la directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, Iciar Sanz. Pero la propuesta de revisión de la legislación farmacéutica presentada por la Comisión Europea, aunque con aspectos positivos, incluye otras medidas que acrecentarían esta pérdida de competitividad.
Fuente: Redacción Médica