EL FMI PREVÉ QUE ESPAÑA ELEVE SU DÉFICIT PÚBLICO EN LOS PRÓXIMOS CINCO AÑOS

El Fondo Monetario Internacional constató ayer que la economía española mantiene el tipo y que sigue liderando el crecimiento de la zona euro. El organismo presidido por Christine Lagarde, que ayer redujo su previsión para la economía mundial en 2019, en especial para las economías avanzadas con la zona euro a la cabeza, considera que España crecerá un 2,1% este año. Esto es, una décima menos que en sus anteriores estimaciones realizadas en enero. Su previsión se iguala así a la de la Comisión Europea, frente al 2,2% que estima el Gobierno de Pedro Sánchez.

En las previsiones de primavera del FMI, el organismo mantiene sin cambios su estimación de PIB para el año próximo en el 1,9%, si bien supone una ligera mejora de centésimas (del 1,852% al 1,875%). Desde ahí, modera el crecimiento hasta el 1,7% entre 2021 y 2023 y al 1,6% en 2024. En todos ellos, el organismo mejora muy ligeramente sus cálculos previos.

En el detalle pequeño, el FMI va más allá del crecimiento y estima también cuál será la evolución del mercado de trabajo y del déficit público. Así, recorta sus previsiones de tasa de desempleo frente a las realizadas tres meses antes y calcula que este año cerrará en un 14,249% frente al 14,678% previo. Porcentaje que baja del 14% en 2021, cuando estima que el paro se sitúe en el 13,938%. También eleva la estimación de empleo, que pasará de los 19,3 millones a cierre del año pasado a los 19,638 para 2019.

Ahora bien, los cálculos del FMI muestran que España no solo no reducirá su déficit público en los próximos cinco años sino que lo aumentará. El organismo calcula que España concluirá este ejercicio con un agujero fiscal del 2,3% (mejora unas centésimas desde el 2,337% de enero hasta el 2,273%), pero por encima del 2,1% que prevé la Airef con la prórroga de los Presupuestos.

Desde ese nivel, estima que el déficit público se elevará al 2,342% el próximo año y que alcanzará el 2,7% (2,699%) en 2023, el último año para el que hace previsiones. Todo ello, sin tener en cuenta los posibles cambios, de reducción o incremento del gasto, que ponga en marcha el Gobierno que salga de las urnas el próximo 28 de abril.

Fuente: Cinco Días